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Es de vital importancia disponer de un lugar sin ruidos para poder tener un descanso óptimo evitando así consecuencias para nuestra salud, así como evitar en la medida la posible los ruidos que generemos en nuestra vivienda.  

En los núcleos urbanos existen innumerables ruidos que pueden ser percibidos dentro de la vivienda. Un buen aislamiento permitirá minimizar estos sonidos. Existen principalmente dos tipos de ruidos por un lado los que son percibidos a través del aire, ruidos aéreos, como los producidos en la calle o por el sonido que genere un vecino y por otro lado los ruidos impacto que se generan por la colisión entre elementos, como por ejemplo el ruido generado por una lavadora al vibrar. 

Este aislamiento comienza por los elementos de cristal, tales como ventanas y puertas. Estas han de incluir un cierre hermético, unos cristales de entre 6 y 8 mm y doble acristalamiento, para una bloquear el ruido. 

En relación a las puertas es conveniente que esta sean macizas en lugar de huecas. 

En edificios de viviendas en los que se disponga de vecinos es conveniente aislar el techo mediante un sistema de techo suspendido o los tradicionales falsos techos. Mientras que para el suelo se puede utilizar una barrera acústica, paneles aislantes de lana o de fibra de celulosa.