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La superficie media de la vivienda en España oscila entre los 76 y los 90 metros cuadrados, y 40 metros cuadrados en las grandes ciudades. Este dato puede llevar a muchos ciudadanos a plantearse la idea de ampliar la vivienda en la que habitan. 

Algunas de las estrategias más utilizadas son por ejemplo eliminar las compartimentaciones, eliminando zonas muertas. Muchos tabiques pueden ser eliminados siempre y cuando estos no sean vitales para la estructura de la vivienda. 

En ocasiones se procede a la eliminación de puertas o paredes, siempre que no sean muros de carga o contención, para unificar cocina y comedor, comedor y salón, recibidor y comedor, entre otras opciones. 

Las puertas suelen ser elementos a eliminar para buscar amplitud en los espacios o sustituirlas por puertas correderas, puertas de cristal o de vidrio. 

 

La luz es otro elemento que incide en la amplitud de un espacio, pintar las paredes de blanco, blanco hueso, beige, arena, gris claro o cualquier color pastel dará un efecto óptico de holgura, abre la habitación y proyecta una sensación ligera y serena. Al igual que si el techo es blanco este elevará visualmente el espacio y difuminará los límites con las paredes. Además del color de las paredes, también influye en la luz recibida en la vivienda las ventanas y los materiales que se utilizan para cubrir estas como estores, visillos y cortinas, cumpliendo la misma regla anterior, los colore claros aportarán amplitud mientras que los oscuros obstaculizan la entrada de luz y estrecharán el espacio. 

Además de la luz, los espejos proyectan una sensación de amplitud y de claridad. Cuanto más grande y más luz reciba mayor sería la amplitud que desprendería. Otro punto a tener en cuenta en la imagen que refleja ese espejo, al enfrentarlo a ventanas o puertas acristaladas que dan al exterior proporcionarán esa imagen de anchura y amplitud.